Presencia de peste porcina africana en las Américas pone en riesgo seguridad alimentaria y exige un esfuerzo regional para contenerla y erradicarla, advirtieron expertos

Es una enfermedad hemorrágica altamente infecciosa

Costa Rica. La peste porcina africana debe ser enfrentada con un esfuerzo coordinado en América Latina y el Caribe, ya que su reciente aparición en República Dominicana y Haití representa una amenaza a la seguridad alimentaria de toda la región y a los medios de vida de pequeños y medianos productores.

Así lo advirtieron especialistas reunidos en un webinario realizado en el marco de la Semana de la Agricultura del Caribe 2021, con la organización del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

La peste porcina africana es una enfermedad hemorrágica altamente infecciosa que afecta tanto a cerdos domésticos como silvestres y es inofensiva para las personas. Durante décadas no había sido registrada en el hemisferio occidental y no existe vacuna para combatirla.

La enfermedad había sido detectada por última vez en Cuba en 1971 y 1980, en Brasil y República Dominicana en 1978, y en Haití en 1979. Sin embargo, en julio pasado se confirmaron casos en República Dominicana y, en septiembre, en Haití. Los dos países comparten la isla La Española, en el mar Caribe.

Este webinario fue convocado con la premisa de generar conciencia tanto en el sector público como privado sobre la importancia de invertir en vigilancia y programas preventivos y compartir experiencias e información acerca de cómo reconocerlo y evitar su diseminación.

La Semana de la Agricultura del Caribe se está desarrollando por decimosexta ocasión –la primera edición se realizó en 1999 en Trinidad y Tobago- y es un ámbito para encontrar consensos entre actores clave para el futuro de la producción agropecuaria y la vida rural, en una subregión que busca dejar atrás su fuerte dependencia de las importaciones alimentarias. Es organizada por la Comunidad del Caribe (CARICOM), junto al Instituto Caribeño para la Investigación y el Desarrollo Agrícola (CARDI), el IICA y la FAO.

“La peste porcina africana se ha expandido por varios continentes en años recientes y ahora alcanzó las Américas, lo que podría provocar severas pérdidas a los países afectados en nuestra región, como ya sucedió en China y otras naciones”, afirmó Gavin Peters, de la Agencia Caribeña Agrícola de Seguridad Sanitaria y Alimentaria (CAHFSA).

“¿Qué debemos hacer sabiendo que la enfermedad ya está presente en nuestra región? Trabajar juntos a nivel regional y en cada país, para implementar las medidas necesarias de vigilancia. Sólo así lograremos contener la enfermedad en la isla La Española y luego la erradicaremos”, agregó.

Shaun Baugh, Gerente del Programa de Desarrollo Agrícola e Agro-Industrial de CARICOM, hizo foco en “la importancia crítica” de este tema para la seguridad alimentaria de los países del Caribe e hizo un llamado a quienes trabajan en las áreas de producción de cerdos a estar atentos a un eventual brote.

“Esta es una problemática de ayer y de hoy. Nosotros ya hemos enviado comunicaciones a todos los agricultores para ponerlos al tanto de la importancia de unir fuerzas y permanecer vigilantes”, dijo Baugh.

La especialista Monica Davis, oficial veterinaria de la División de Producción y Sanidad Animal del Ministerio de Agricultura de San Vicente y las Granadinas, advirtió que esta enfermedad pone en riesgo los medios de vida de los productores debido a que tiene fuertes consecuencias sobre el comercio internacional, ya que desencadena restricciones sobre los países afectados.

Davis exhortó a los viajeros a no transportar cerdos o productos porcinos y también a los productores a tomar medidas de bioseguridad más estrictas que lo habitual para evitar la diseminación.

La confirmación de la presencia de la peste porcina africana en Haití, en septiembre, supone un agravamiento de la situación sanitaria y social en el país, que este año fue castigado por un terremoto, ya que su combate requiere medios técnicos, financieros y logísticos. Así lo dijo Haim Joseph Corvil, Coordinadora de la Unidad de Protección Sanitaria del Ministerio de Agricultura, Recursos Naturales y Desarrollo Rural de Haití.

Corvil agradeció la asistencia técnica del IICA y dijo que en el país se venían tomando una gran cantidad de medidas de prevención de la enfermedad, que no fueron suficientes debido a su alta contagiosidad. Entre otras acciones, se activó una comisión interministerial de prevención, con el apoyo de la Representación local del IICA, y se prohibió la importación de cerdos y sus derivados desde República Dominicana. La experta reveló que la población de cerdos en Haití es de cerca de 1.100.000 animales.

El Subdirector General del IICA, Lloyd Day, hizo hincapié en la importancia de la detección temprana de la enfermedad y, en ese sentido, aseguró la continuidad del compromiso del Instituto en la cooperación técnica con los países de la región, con el objetivo de mejorar los sistemas de vigilancia.

“La educación y la capacitación de los productores –dijo Day- son imprescindibles para desarrollar habilidades que permitan contener la enfermedad. El IICA seguirá trabajando en los países, al lado de todos los actores, para implementar programas orientados a proteger la seguridad alimentaria y nuestras frágiles economías”.

Como recordó Ana Marisa Cordero, gerenta del Programa de Sanidad Agropecuaria, Inocuidad y Calidad de los Alimentos del IICA, los ministros de Agricultura de las Américas, reunidos el 1 y 2 de septiembre pasados, pidieron al Director General del Instituto, Manuel Otero, apoyar el desarrollo y la ejecución de proyectos y acciones binacionales, como así también la implementación de planes de trabajo definidos en espacios subregionales, tendientes a erradicar los focos y prevenir y contener la diseminación del virus, de manera que el hemisferio recupere la condición de libre de peste porcina africana.

En una resolución conjunta, los ministros del continente afirmaron que la enfermedad “puede afectar la estabilidad de la industria porcina del hemisferio, especialmente de los medianos y pequeños productores y, por lo tanto, es fundamental el trabajo colaborativo entre los servicios veterinarios oficiales y el sector privado”.