Café de mujeres hondureñas destaca en mercados europeos
69 mujeres, todas dueñas de parcelas, han logrado mejorar la calidad en la producción de café
Honduras. Un grupo de mujeres hondureñas son las responsables de que una parte de la producción del café orgánico de este país llegue al mercado europeo.
Se trata de la Asociación de Productoras Libres de Marcala (APROLMA), una organización compuesta por mujeres que han logrado sobresalir gracias a su trabajo, tras recibir capacitación y apoyo técnico de varias organizaciones.
APROLMA es una de las organizaciones beneficiadas por el Programa Centroamericano de Gestión Integral de la Roya del Café (PROCAGICA), tanto en apoyo técnico como en capacitación para sus socias.
El PROCAGICA está destinado a ayudar a los pequeños caficultores de Centroamérica a lograr modelos productivos más resilientes y ambientalmente sostenibles.
Las aproximadamente 69 integrantes de la asociación, todas dueñas de parcelas, han logrado mejorar la calidad en la producción de café, así como un mayor aprovechamiento de las fincas y la diversificación de productos. Ellas están en los municipios de San José, Chinacla y Marcala, del departamento de La Paz.
La organización surgió en el 2013 con 39 socias.
Dilcia Vásquez, presidenta de la APROLMA, indicó que “el 90 por ciento de la producción de café lo exportamos al mercado europeo, específicamente hacia Alemania, y el 10 por ciento remanente se distribuye entre las socias”.
Explicó que ese último porcentaje se usa en eventos, reuniones y asambleas de la organización. Este grano se vende en mercados justos y solidarios, afirmó, en los que se adquiere mejor precio que la venta del café orgánico.
El café que produce APROLMA ha participado en competencias, exposiciones, concursos de taza de excelencia o calidad, entre otros, y ha ganado en varias ocasiones.
“El dinero adquirido de los premios se invierte en las socias, en proyectos de iniciativas productivas, proyectos sociales y actualmente de salud a través de jornadas de salud y situaciones de emergencia. Las ganancias de la venta en el extranjero las invertimos en las fincas de producción de café”, agregó Vásquez.
Importancia de la capacitación
Para llegar al logro de las metas y obtener un café orgánico de calidad, es importante el apoyo técnico, económico y la capacitación que la organización recibe de parte de PROCAGICA, un complemento de las actividades que realizan las caficultoras.
“En el caso de la producción de café de manera orgánica, el trabajo de las mujeres es mucho más difícil, ya que lleva más tiempo que la producción de café convencional, hay que hacer limpieza de malezas y, entre otras tareas, requiere de más dedicación en la finca”, señaló la presidenta de APROLMA.
Ruta de éxito
El mayor éxito de la organización femenina radica en incentivar a las socias con el precio del café, ya que lo venden de forma diferenciada.
“La organización trabaja con fondos propios, no hemos utilizado la banca, ya que los intereses son caros. APROLMA no tiene activos que puedan responder por una deuda. Nos hemos visto en la necesidad de adquirir financiamiento pero a corto plazo para la exportación del producto, este se adquiere de forma tripartita entre el cliente, la exportadora y la organización. Cuando obtenemos los pagos, el banco cobra su dinero”, explicó Vásquez.
De acuerdo con la caficultora, varios proyectos son apoyados por PROCAGICA en las cuestiones técnica y de formación a las integrantes de la asociación. “Por ejemplo, obtuvimos recursos económicos de parte de PROCAGICA para emprender en la elaboración de abono orgánico, el cual distribuimos a las socias”.
PROCAGICA, un programa que implementa el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) junto a la Unión Europea para mejorar las condiciones de vida de la población rural en las zonas productoras de café de Centroamérica, fomenta la innovación y la creación de emprendimientos y busca reforzar la resiliencia de los pequeños productores de café para hacerle frente a las condiciones adversas originadas por el cambio climático.