La certificación sanitaria electrónica -e-Phyto- es una llave para un mejor comercio internacional de alimentos
“La cuarentena aceleró el proceso de incorporación de la herramienta”
Argentina. La difusión de la certificación sanitaria electrónica -e-Phyto- ha sido una herramienta clave para agilizar y hacer más transparente el comercio electrónico en América Latina y el Caribe y su uso debe ser profundizado. Ese fue el consenso alcanzado por especialistas de distintos países que participaron en Buenos Aires en el Taller Regional sobre e-Phyto, organizado por el Comité de Sanidad Vegetal del Cono Sur (COSAVE).
La actividad tuvo el apoyo del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y la Agencia de Asistencia Humanitaria Cascos Blancos, ambos de Argentina, y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA). Se desarrolló en el auditorio del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina, que prestó su respaldo a la iniciativa.
El COSAVE, que opera como ámbito de coordinación para afrontar los problemas fitosanitarios de interés común de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay, dirigió este taller a especialistas de los ámbitos público y privado de todos los países de América Latina e invitó a otras organizaciones internacionales. Fueron tres días de trabajo diseñados para mejorar los conocimientos sobre la certificación sanitaria electrónica, extender la participación de los países de la región, intercambiar información entre países, promover redes de expertos y reconocer temas de cooperación.
Argentina y Chile fueron los países pioneros en la región con la certificación sanitaria electrónica. Diana Guillén, presidenta del SENASA, señaló que el certificado e-Phyto fue una herramienta que comenzó a implementarse hace varios años y se aceleró durante la pandemia de Covid-19, por las restricciones de circulación.
“La cuarentena aceleró el proceso de incorporación de una herramienta que hoy es fundamental. Hoy la usamos para el comercio de alimentos con más de 30 países. El 37% de lo que exportamos en Argentina se certifica con este sistema y un porcentaje bastante más alto de las importaciones, también. Entre otras cosas, sirve para usar menos papel, por lo que hace un aporte en lo ambiental”, señaló Guillén.
La funcionaria elogió y valoró la tarea del COSAVE: “Se formó en 1989 y ha sido una política pública regional que sobrevivió a los cambios políticos, con una visión clara”.
Un largo camino recorrido
Diego Quiroga, presidente del COSAVE y Director Nacional de Protección Vegetal de Argentina, recordó que hace casi 10 años que las organizaciones nacionales de protección fitosanitaria en la región decidieron avanzar en la certificación electrónica.
“Cuando comenzamos, lograrlo parecía casi imposible. Era apenas un deseo. Y hoy hemos recorrido un largo camino, en el que se fueron dando los pasos para tener una herramienta hoy vigente y útil para muchos países. Con la pandemia se tornó aún más importante de lo que sabíamos que iba a ser y adquirió un gran valor para el intercambio comercial de productos agrícolas en Sudamérica”, concluyó.
El Director Nacional de Cooperación Internacional de Cascos Blancos, Santiago Galar, señaló que para la Cancillería argentina es importante trabajar sobre los temas que agilizan el comercio internacional, que lo vuelven más seguro y mejoran su eficiencia, como el e-Phyto.
“La certificación sanitaria electrónica contribuye a la integración, al desarrollo sustentable y a la producción, todos intereses de la Argentina”, dijo Galar.
A su turno, el Director General del IICA, Manuel Otero, elogió la tarea del COSAVE y también la del SENASA argentino. “Argentina –señaló- tiene un stock de tecnologías y conocimiento para exportar, que es fundamental para que el continente siga avanzando hacia el desarrollo sostenible, tomando a la agricultura como herramienta central”.
Otero dijo que, luego de que Chile y Argentina marcaran el camino con la certificación sanitaria electrónica, cada vez más países se están sumando.
“Con el e-Phyto hay un gran terreno para ganar, ya que no solo agilizamos los trámites, sino que reducimos la opacidad y ganamos en transparencia de las operaciones”, afirmó.
Otero afirmó que la certificación electrónica puede ser una herramienta que favorezca un aumento del comercio de alimentos intrabloque en América Latina y el Caribe: “Hoy el comercio en la propia región solo alcanza el 14,5%, cuando en la Unión Europea cubre el 65%. Tenemos muchísimo para avanzar y esta herramienta nos puede ayudar de manera sustantiva. Necesitamos compartir tecnologías y estar más juntos. Ese es el camino para aumentar el comercio y la integración”.