Cuba implementa proyecto de resiliencia climática y sostenibilidad agrícola con apoyo de Fondo Verde para el Clima y la FAO
"Beneficiará a 240 000 personas"
Cuba. Incrementar la resiliencia climática de la producción agrícola de hogares y comunidades rurales es el propósito de un nuevo proyecto de Cuba con la asistencia técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y financiamiento del Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés), lanzado este miércoles mediante taller virtual que se desarrollará hasta el próximo 5 de marzo.
La iniciativa “Aumento de la resiliencia climática de los hogares y comunidades rurales a través de la rehabilitación de paisajes productivos en localidades seleccionadas de la República de Cuba” (IRES), cuenta con un monto de 38,2 millones de USD no reembolsables y 81,7 millones de pesos cubanos aportados por el cofinanciamiento nacional.
El proyecto, primero en la nación apoyado por el GCF, será implementado por el Ministerio de la Agricultura (MINAG) en siete de los municipios más vulnerables al cambio climático en tres provincias del país (Corralillo, Quemado de Güines y Santo Domingo en Villa Clara; Los Arabos en Matanzas; y Amancio Rodríguez, Colombia y Jobabo en Las Tunas.
Con una duración de siete años, IRES beneficiará a 240 000 personas y mitigará la emisión de alrededor de 2,7 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, trabajando con 51 713 agricultores familiares, en particular 23 788 mujeres.
La inauguración del taller virtual contó con la partición de la Coordinadora Residente de la ONU en Cuba, Sra. Consuelo Vidal, y con el Representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en Cuba, Sr. Marcelo Resende.
Maury Hechavarría Bermúdez viceministro de la Agricultura, resaltó que el proyecto tributa al Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y el Plan Tarea Vida. Destacó la importancia de trabajar con un nuevo enfoque y un cambio de paradigma, así como de combinar acciones productivas y procesos de producción agropecuaria con medidas e inversiones para garantizar la resiliencia al cambio climático.
Por su parte, Marcelo Resende explicó que IRES impulsará el desarrollo de sistemas alimentarios inclusivos, sostenibles y resilientes, reducirá las emisiones de efecto invernadero de manera considerable y ayudará al sector agrícola a adaptarse al cambio climático y mejorar la resiliencia de los medios de vida locales para la gestión de riesgos.
Como parte del proyecto, nuevos módulos agroforestales serán introducidos en 35 000 hectáreas a escala municipal, en áreas cubiertas mayormente por marabú y pastizales degradados, lo que permitirá elevar la productividad y sostenibilidad de los ecosistemas agrícolas, mejorando la infiltración de agua en el suelo y previniendo su erosión.
IRES ayudará a Cuba a enfrentar los desafíos del cambio climático y para ello prevé inversiones en tecnología, maquinaria, equipamiento e insumos, que contribuyan a la rehabilitación de paisajes productivos, la reforestación y la regeneración natural asistida.
La iniciativa trabajará con agricultores familiares en la apuesta por técnicas de producción más resilientes al clima y facilitará la instalación de capacidades institucionales y técnicas, así como el diseño de nuevos incentivos gubernamentales para la adaptación al cambio climático.
Jorge Ferrer Rodríguez, miembro alterno de la Junta Directiva del Fondo Verde para el Clima, destacó que la implementación del primer proyecto financiado por ese fondo ambiental en Cuba será un aprendizaje de eficiencia económica para el país, las empresas y las entidades involucradas.
Asimismo, Eduardo Mansur, director de la Oficina de Cambio Climático, Biodiversidad y Medio Ambiente de la FAO, consideró que el proyecto llega en un momento crucial, ya que Cuba, pequeño estado insular en desarrollo, se enfrenta al doble desafío que supone la pandemia de COVID-19 y el cambio climático.
“Ahora más que nunca, de cara a esta pandemia, se necesita impulsar una recuperación verde y resiliente”, expresó Mansur, quien confió en que ese esfuerzo de colaboración para la acción climática en Cuba tendrá un impacto duradero, al proveer experiencias y lecciones para otros estados insulares.
Cuba está clasificada como un país de alto riesgo, según el Índice de Vulnerabilidad al Cambio Climático en la región, elaborado por el Banco de Desarrollo de América Latina.
De acuerdo con datos enviados como parte de la comunicación bianual de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, el país ha registrado en los últimos años aumento de temperaturas, lluvias estacionales, mayor frecuencia de sequías prolongadas y severas, incremento y gravedad de la actividad ciclónica e inundaciones costeras moderadas y fuertes.