FAO y CECC SICA le apuestan a espacios educativos para lograr la transformación de práctica alimentarias
Promuevan estrategias efectivas de educación alimentaria y nutricional en las escuelas
Panamá. “El hambre afecta a cerca del 8,7% de la población centroamericana, lo que representa 15,2 millones de personas que tienen desafíos para acceder a suficientes alimentos que les permitan desarrollarse de manera plena, sana y justa”, explicó el Oficial de nutrición de la FAO para América Latina y el Caribe, Israel Ríos Castillo, en el lanzamiento de la segunda edición del curso virtual transformación en la cultura de la nutrición en los espacios escolares a través de la educación alimentaria nutricional, que implementa la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en conjunto con la Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana (CECC) del Sistema de Integración Centroamericana (SICA).
El curso está dirigido a diferentes actores de la comunidad educativa, y es el primero en la subregión que intenta acoger la nueva visión y modelo recomendado por la FAO para integrar efectivamente la educación alimentaria y nutricional en las escuelas (EAN-E).
La primera edición de este curso virtual contó con un total de 185 participantes de 7 países de la región SICA, entre ellos nutricionistas y supervisores de los Ministerios de Educación, directores, profesores y padres o madres de familia de 30 centros educativos de los países participantes, que lograron por sí mismos involucrar a la comunidad educativa y a sus escolares para desarrollar actividades innovadoras de EAN-E.
Para la FAO, son precisamente, las madres, los padres, las y los maestros, los principales agentes de cambio en esta apuesta de capacitación de EAN-E entre la FAO y el CECC/SICA. De hecho, la meta de estos cursos es que la integración proactiva y reactiva de estos actores en las dinámicas del sistema alimentario, sea el complemento perfecto, para que, a mediano y largo plazo, nuestros escolares logren revalorizar y disfrutar el consumo de alimentos saludables, sobre todo de la producción local y campesina, y desarrollen, a través de una alimentación saludable y responsable, competencias para la vida y el desarrollo sostenible.
El oficial de nutrición de FAO añadió que en los últimos años, y particularmente estos últimos meses, con la CECC SICA se ha trabajado en fortalecer la educación alimentaria y nutricional en Mesoamérica, particularmente en la construcción colectiva de una estrategia Centroamericana para la inclusión de la alimentación saludable en la currícula educativa; la cual considera los diferentes contextos sociales y los desafíos actuales en materia de inseguridad alimentaria, hambre, pobreza y malnutrición, intensificados por la actual pandemia de la COVID-19.
Estos esfuerzos se han intensificado luego que los recientes informes oficiales arrojaran que el 37,4% de los centroamericanos, es decir 65,7 millones de personas, viven en inseguridad alimentaria y nutricional moderada o grave, que hace alusión a que por falta de dinero o recursos tienen el desafío de llevar alimentos suficientes y de calidad a sus hogares.
Adicional a esto, 13,1% de las personas en la región SICA, es decir 23,1 millones de centroamericanos, viven condición de inseguridad alimentaria grave, una condición en donde, por falta de dinero o recursos, se deja de comer en casa, o algún miembro en el hogar no come, o se sirve menos comida de lo habitual. Mientras que la desnutrición crónica o retraso en el crecimiento en niñas y niños menores de cinco años son consecuencias de una salud comprometida (infecciones) y prácticas inadecuadas o insuficiente de alimentación en los primeros años de vida, afectando al 13% en Centroamérica, es decir, 2 millones de niños y niñas en este rango de edad. Sin contar que 100 mil niñas y niños presentan bajo peso para su tamaño o estatura.
Paradójicamente, el sobrepeso en la infancia se está incrementando; en menores de 5 años, casi 1 millón de niñas y niños están con exceso de peso; y en las escuelas del 20 a 40% de los niños en las aulas presentan exceso de peso; mientras que, en los adultos, 1 de cada 3 tienen obesidad.
“Ese escenario de hambre, desnutrición infantil, inseguridad alimentaria, sobrepeso y obesidad es el caldo de cultivo perfecto para que enfermedades como la COVID19 impacten negativamente en la salud de la población de nuestros países, incrementando el riesgo de hospitalización y de muerte. Las personas con malnutrición y las enfermedades crónicas que se desarrollan como consecuencia de la misma, son quienes tienen las peores respuestas frente a la pandemia”, recordó Ríos Castillo.
De acuerdo con el secretario ejecutivo de la CECC/SICA, el Dr. Carlos Staff, estos son los mayores desafíos que enfrentan actualmente los sistemas educativos, lo que se hace más grave en el contexto de la COVID19, ya que pone en riesgo la cobertura de los sistemas educativos. “Este un desafío grande con algunas consecuencias evidentes en los perfiles epidemiológicos de los estudiantes en nuestra región que ponen en riesgo su salud, su crecimiento, sus responsabilidades educativas, su calidad de vida y sus condiciones económicas a futuro, ya que siempre, lo económico está ligado a las condiciones de salud de la población”.
Para el Dr. Staff de la CECC SICA, los sistemas educativos representan un extraordinario espacio para contribuir a cambiar la suerte de la población estudiantil que se ve frente a esas condiciones. Señala que iniciativas como el curso virtual, organizado en coordinación con la FAO, son precisamente una oportunidad para fortalecer el empoderamiento de todo el entorno educativo, y de esta manera, afianzar y articular conocimiento y actitud, que luego aterrizarán en prácticas e instauración de hábitos de alimentación y estilos de vida saludables.