Por Edgar R. Miranda F.
Director de Actualidad Agropecuaria.
Osman Marín Villegas es un ingeniero agrónomo de nacionalidad colombiana, que cuenta con una maestría y doctorado con énfasis en Horticultura y Mejoramiento Genético de Plantas, de la Universidad de California, Estados Unidos.
Trabajó con el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) en investigación agrícola. Posteriormente, laboró con el Ingenio Río Paila, empresa productora de caña de azúcar, y con otras empresas internacionales. Luego de su jubilación, se dedicó a trabajar como consultor de algunas empresas, entre ellas Cítricos, S.A. en Panamá.
En su más reciente visita, compartió algunos datos interesantes desde su experiencia sobre la enfermedad de los cítricos HLB, y sobre su manejo por las autoridades sanitarias.
Cómo actua el HLB
HLB quiere decir amarillamiento de las hojas o amarillamiento de los cítricos. Para Marín, el HLB es parecido a la malaria o fiebre amarilla en los humanos, que es transmitida por un mosquito que lleva un microbio, pica a una persona y le infecta la enfermedad, entonces viene otro mosquito sano, pica a la persona enferma y queda contagiado, y así se va regando la enfermedad. “El HLB es una enfermedad que necesita de un vector que es una cigarrita como del tamaño de un grano de arroz, se llama Diaphorina citri”, explicó el ingeniero Marín.
“Esta cigarrita existe en Panamá pero no está contaminada. Hasta ahora, la enfermedad no ha sido oficialmente confirmada. La bacteria infecta el árbol y no tiene cura. Esa es la diferencia entre un insecto vector y un insecto plaga. Hay insectos plagas como pulgones, áfidos y arrieras, que uno mata y se acaba el problema”, detalló el especialista.
Cómo es el manejo del HLB en Colombia
El manejo que se está dando en Colombia es institucional. El estado es el que tiene el poder regulatorio. En Colombia ya está la enfermedad, en la costa atlántica, en la Guajira, en los departamentos de Atlántico, Córdoba y Cesar, y de Norte de Santander. Afortunadamente, la zona del Quindío, el eje cafetero, está sano y es allá donde se han hecho esfuerzos por evitar la llegada de la enfermedad. El control de la enfermedad es complejo y hay que pasar por una serie de medidas.
“Primero, se deben usar plantones sanos certificados. Se debe cuarentenar las zonas afectadas, evitar el tránsito de material vegetal, pero recordemos que para los insectos no existe fronteras nacionales o internacionales, así que hay que tener mucho cuidado en el transporte de material vegetal para controlar el insecto. Pero es un programa que se debe hacer entre todos. El gobierno, los cultivadores, las asociaciones, los vecinos, es tomarlo como una necesidad nacional”, apuntó el consultor internacional.
La enfermedad apareció en China hace más de cien años. En Brasil, el insecto está desde 1942, pero no era una plaga de importancia económica, se reportaba pero no se consideraba como algo a controlar. Luego, cuando apareció la enfermedad, no se sabía cómo controlarla, pero en los ultims años Fundecitros (Fondo de la Defensa de la Citricultura), ha logrado una experiencia exitosa en el manejo de la enfermedad y es de lo que nos podemos beneficiar.
“Panamá está rodeada por la enfermedad. Ya está reportada en Costa Rica, Belice, Colombia, México, en Brasil, Estados Unidos y Asia. Los efectos en la producción son tremendos porque internamente, la bacteria se riega por todo el árbol, crece unos seis o siete centímetros diarios y se va a la raíz, pasa al patrón y lo contamina”, advierte Marín.
Responderemos generalmente muy pronto..