Brasil se prepara para expandir el cultivo de lúpulo
Materia prima para la elaboración de cerveza
Brasil. - Desde 2010, el mercado de la cerveza artesanal se ha expandido fuertemente en Brasil impulsado por la demanda de apreciadores que buscan cervezas más sofisticadas.
Con ese estímulo, el mercado ha visto una expansión de un 30% en el número de cervecerías en los últimos dos años. En 2018 había 889 registradas por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (MAPA), pero alcanzar 1.209 en el 2019.
Con la mirada puesta en la sostenibilidad de la expansión de este mercado, algunos productores comenzaron a cultivar lúpulo, materia prima imprescindible para la elaboración de este tipo de cerveza, que actualmente es casi 100% importada. En 2019, el país importó 3.600 toneladas de lúpulo, según el Ministerio.
Por ello, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el MAPA, a través de la Secretaría de Agricultura Familiar y Cooperativas, iniciaron un proyecto de cooperación técnica para fortalecer la cadena del lúpulo en Brasil.
Humulus lupulus es la planta responsable del aroma y amargor de las bebidas. Según el MAPA, actualmente solo se cultivan 25 hectáreas de área sembrada en seis estados, pero las perspectivas son aumentar a 47,8 hectáreas en todo el país, por lo que el objetivo del proyecto MAPA-IICA es fortalecer esta cadena productiva como una oportunidad de expansión de los ingresos de los productores rurales.
“Hemos venido acompañando y fomentando esta cultura, que puede ser una excelente fuente de ingresos para el pequeño productor rural con su consecuente desarrollo social, al mismo tiempo que se promueve la oferta de insumos de calidad y bajo costo para las industrias farmacéutica, cosmética y cervecera”, destacó el secretario de Agricultura Familiar y Cooperativas de Brasil, Fernando Schwanke.
Para ello, el proyecto prevé un diagnóstico con información sobre el cultivo, situación jurídica y trabajo técnico ya realizado por instituciones de investigación y docencia, además de elevar el potencial de expansión en el territorio considerando los diferentes climas y otras condiciones agrícolas.
“Hay varias iniciativas en todo el país que promueven esta cultura prometedora. Una vez finalizado todo el estudio, se realizarán eventos de difusión y un Manual de Buenas Prácticas de Cultivo”, explicó el supervisor del estudio y jefe de gabinete de la Secretaría de Agricultura Familiar, Gabriel Assmann.
Además del Manual de Prácticas para quienes quieran iniciar la producción, el proyecto también incluye la elaboración de un plan de viabilidad técnica y económica para la siembra comercial de lúpulo y un estudio sobre la estructuración de la cadena productiva en los principales países productores, que puede traer una base para el cultivo en Brasil.
A partir del diagnóstico, la idea es identificar oportunidades laborales, articular alianzas entre actores y entidades gubernamentales y no gubernamentales.
Además de la materia prima para la producción de la bebida, el lúpulo tiene propiedades terapéuticas y también es utilizado por las industrias farmacéutica y cosmética. Hay 48 variedades de lúpulo registradas, pero las más cultivadas en Brasil son Cascade, Columbus, Chinook, Nugget, Saaz, Centennial, Comet, Hallertau Mittelfrueh y Magnum.
Además de su gran extensión territorial, Brasil tiene buenas condiciones de clima y suelo para el cultivo, a pesar de estar fuera de los tradicionales paralelos de cultivo en el globo (35 y 55 latitud norte o sur), explica Assmann.
La Empresa de Investigación Agrícola y Extensión Rural de Santa Catarina (Epagri), por ejemplo, en asociación con Ambev / Lohn, implementó una unidad de investigación sobre el cultivo de lúpulo en el estado del sur de Brasil.
“El cultivo de lúpulo en Brasil tiene un gran potencial, considerando los resultados positivos ya obtenidos, ligados a las buenas condiciones de clima y suelo, además de la gran extensión territorial”, dijo el consultor técnico Stéfano Gomes Kretzer, del IICA/MAPA.
Para él, para hacer realidad el potencial, además de la investigación, los datos técnicos, las tecnologías y el trabajo de campo, las políticas públicas son fundamentales.
Además de no necesitar de grandes extensiones territoriales, el lúpulo es una planta perenne y tiene una duración comercial de entre 12 y 15 años. Su potencial productivo se inicia al tercer año.