África busca cooperación de América Latina y el Caribe en desarrollo exportador, recuperación de suelos y reforestación

La Alianza para la Revolución Verde de África opera en 11 países de ese continente

Brasil. La Alianza para la Revolución Verde de África (AGRA), que opera en 11 países de ese continente y propicia una transformación agrícola que aumente los ingresos de los productores y mejore la seguridad alimentaria, identificó al modelo de agricultura tropical de Brasil y su liderazgo en exportaciones del sector cárnico y sojero, recuperación de suelos y reforestación, como las áreas en las que África puede obtener cooperación de América Latina y el Caribe para su desarrollo.

El planteo fue realizado por Fadel Ndiame, vicepresidente de AGRA, durante su participación en la Semana Internacional de Agricultura Tropical, organizada por la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) para compartir experiencias de investigadores y emprendedores en el uso sostenible de tecnologías para la adaptación del agro a las condiciones climáticas y ambientales del trópico.

En ese sentido, el representante de AGRA, una organización que se fundó en 2006 bajo el liderazgo del exsecretario general de la ONU Kofi Annan y que busca catalizar una transformación agrícola inclusiva en África, aumentando los ingresos y mejorando la seguridad alimentaria de 30 millones de hogares agrícolas en 11 países, expresó el interés de establecer Cooperación Sur-Sur con América Latina y el Caribe, especialmente en cuanto al modelo de agricultura tropical de Brasil, recuperación de suelos, el liderazgo a nivel de exportaciones del sector cárnico y de soja y reforestación, entre otros.

“Estamos muy interesados en oportunidades para Cooperación Sur-Sur en la recuperación de millones de hectáreas de suelos ácidos, explorar modelos de desarrollo, el modelo tropical de Brasil que es muy distinto al nuestro, nos interesa el intercambio de conocimiento respecto de cómo Brasil se ha convertido en uno de los cinco exportadores de alimentos más importantes especialmente en el sector cárnico y de porotos de soja, explorar la oportunidad de trabajar en reforestación, rehabilitar tierras y servicios ecosistémicos”, mencionó Ndiame, un sociólogo con más de 30 años de experiencia en políticas y programas de agricultura y desarrollo económico.

El líder africano también identificó como otro punto de colaboración la experiencia de Embrapa desarrollando investigación en el Cerrado, el segundo mayor bioma (conjunto de ecosistemas que tienen similitudes en el clima, la fauna y la flora) de Brasil. Se trata de una sabana de clima tropical con la mayor biodiversidad del mundo (5% de los animales y plantas de todo el planeta).

El Cerrado es también una importante fuente de agua en el país debido a que se encuentran las principales nacientes que alimentan a ocho de las 12 regiones hidrográficas de la nación. Además, tiene suelos que pueden almacenar gran cantidad de carbono y aunque naturalmente presentan baja fertilidad, con los avances tecnológicos se ha logrado aumentar la productividad para la agricultura y la ganadería.

En la Semana Internacional de la Agricultura Tropical también se recogieron subsidios para la consolidación de una posición convergente de las Américas hacia la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios convocada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para finales de setiembre en Nueva York.

Ndiame dijo que la Cumbre será el pilar para avanzar hacia la sostenibilidad y promover dietas más saludables, aunque indicó que cada país y continente deberá marcar su propia ruta hacia un sistema alimentario sostenible.

El agro en África

En la cita el vicepresidente de AGRA hizo un repaso del rol fundamental que cumple el agro en la economía de los países en África. Según resaltó, el sector emplea entre el 60 y 80 % de la población, es decir, el 54% de la población activa en el continente y, además, los pequeños agricultores son los que producen alrededor del 80 % de los alimentos.

Comentó también que el año anterior pese a la pandemia por Covid-19 el sector creció en un 5%, pero indicó que deben redoblar esfuerzos porque alrededor de 250 millones de personas en África actualmente están desnutridas, pese a que los índices en las diferentes naciones han decrecido.

“Para el 2050 uno de los objetivos es que podamos aumentar la producción de alimentos en alrededor de 350 %; producir mejor, más, y de un modo sostenible es nuestro eslogan”, añadió.

Para lograr esta meta es necesario mayor inversión pública, fortalecer la institucionalidad, un marco regulatorio y de políticas más robusto, mejorar infraestructura, mayor investigación e innovación, así como acceso a tecnologías y digitalización para optimizar rendimientos en cuanto a productividad, y atraer a los jóvenes a la actividad agrícola, indicó.

“Son desafíos que enfrentamos junto a otras amenazas como el cambio climático y la sequía que afectan de manera considerable a los pequeños productores, degradación de la tierra, acceso al financiamiento, los altos costos de transacción involucrados en los servicios, la infraestructura y el marco de políticas que muchas veces queda debilitado. Con digitalización, inversión en infraestructura y las tecnologías, creemos que África puede dar un gran salto, adquirir y compartir experiencias con otros países, qué es lo que han hecho otros, para poder lograr una Cooperación Sur-Sur y que África pueda sin duda a comenzar a crecer”, acotó Ndiame.

El líder de AGRA concluyó asegurando que, para la transformación sistémica de la agricultura, el continente africano tiene por delante grandes oportunidades por su extensión de tierras donde “todavía tenemos espacios vacíos y el entorno correcto para fomentar la producción”, así como “recursos no explotados, recursos hídricos y significativos depósitos de nutrientes clave (potasio, fosfatos, zinc) que pueden utilizar para esta transformación”.