Manejo Agronómico del Cultivo de Piña
Un producto de exportación en el trópico
Por Esiquio Iglesias.
Introducción
La piña es una fruta rica en azúcares, vitaminas A, B, C y E, sales minerales y ácidos orgánicos. Además, tiene bromelina que es un poderoso anti inflamatorio, efectiva en la cura de edemas y como suplemento en situaciones en que haya una retención de líquidos, previene infartos y las anginas de pecho.
En nuestro país la piña se siembra en las áreas de La Chorrera, Chiriquí, Chepo y Herrera desde hace muchos años, actualmente se incursiona en el área de Los Santos.
La variedad de piña que más se siembra es la conocida como MD-2 de forma muy exitosa para la exportación.
Épocas de siembra
El riego permite sembrar todos los meses del año, en consecuencia esta labor se puede programar, para cosechar de forma escalonada y sostenida, atendiendo la demanda tanto nacional e internacional.
Preparación del suelo
En terrenos más pesados, el drenaje es un problema, por su menor capacidad de evacuar el agua de lluvia, lo que expone a la plantación a la aparición de hongos patógenos; además, la solución del problema de la erosión depende mucho del sistema de drenaje que se aplique. En ciertos casos, una fosa de drenaje cada 40 metros aproximadamente bastaría para evacuar las aguas; se podrá entonces.
Subsolado
El subsolado se realiza para remover las capas compactas formadas por la rastra y sacar los terrones a la superficie para que la rastra los destruya.
Encamado o lomillado
La piña es recomendable sembrarla en camas levantadas y en curvas de nivel con pendientes de 0 a 10%. El arreglo espacial de las camas facilita la mecanización del cultivo, en consecuencia, tómese muy en cuenta las siguientes medidas:
* Las encamadoras (de 2 surcadoras) poseen un ancho de 2.20 metros, confeccionan camas de 1.80 metros, con un alto de 25 a 30 centímetros. Con estas dimensiones, la distancia entre centros de dos camas, equivale a 1.10 metros.
Tipos de semilla y sus características
Aunque todo el material vegetativo de la planta de piña (hijos, corona y tallo) son viables como semilla, sin embargo, el más utilizado es el hijo basal, dado que la corona es parte del fruto en la comercialización.
Tratamiento de la semilla
Una vez seleccionada la semilla, se procede a la desinfección, con una mezcla de Diazinon 60E a dosis de 250 a 300cc en 200 litros de agua; Aliette 0.5 kg por 200 litros de agua; el enraizador Trimat a razón de 1.0 litro por 200 litros de agua.
El material se sumerge en esta mezcla por espacio de uno a tres minutos y luego se deja reposar para escurrir el exceso de líquido y posteriormente se distribuye en el campo para la siembra al día siguiente.
La semilla debe tener un peso óptimo para la siembra entre los 150 a 400 gramos, rangos que determinan semillas grandes, medianas o pequeñas. Para desprender la semilla se recomienda utilizar un cuchillo curvo, ancho en la punta. Se corta el retoño en el punto de unión con el tallo de forma sesgada, lo que facilita la siembra.
Pasos a seguir: corte del hijo o retoño; colocación del mismo con las hojas hacia abajo, expuesto al sol, lo que facilita el curado; clasificación y amontonamiento por tamaño; tratamiento con fungicida. La labor de siembra generalmente en nuestro medio se realiza manualmente; los intentos de mecanización han sido infructuosos.
Procedimiento de siembra
* Se marca el área de trabajo.
* Se distribuye la semilla uniformemente en el área seleccionada.
* Se deposita el material en los hoyos previamente dispuestos.
Cuando esa labor no es mecánica, entonces se utiliza un cordel, colocado en el centro de la cama, y con un palín se abre el hoyo (se utilizan como guía las marcas del hilo y luego la otra línea gemela. Se siembra en la mitad de las marcas).
Densidad de siembra y Resiembra
La densidad de siembra es uno de los factores que determina el tamaño final de la fruta. Densidades muy altas inducen a la obtención de frutas más pequeñas e insuficiencia en la distribución de nutrientes; al contrario, densidades muy bajas acarrean desperdicio de recursos (tierra, agua, nutrientes y otros).
En piña de exportación se recomienda una densidad mínima de 60 mil plantas por hectárea, aplicando distancias de 30 cm entre plantas, 40 cm entre hileras y 70 cm de calle o entre doble línea.
Para aumentar la densidad, se disminuye la distancia entre plantas y la distancia entre hilera, mientras que las calles permanecen iguales.
Abonamiento
En todos los cultivos, al momento de la siembra o a la semana después se aplica el abono de fórmula completo (12-24-12), a una dosis de 12 gramos por planta, aunque su cantidad recomendada la determina el análisis de suelo, las condiciones ambientales y la densidad. A los dos meses y medio se repite una segunda aplicación de abono completo de 14 gramos por planta.
Es recomendable incorporar sustancias enraizadoras en forma líquida o granulada, una vez sembrada la semilla.
Fertilización foliar
Después de los 90 días de la siembra, la fertilización se realiza en forma foliar, a intervalos de 10, 12, ó 15 días, según las necesidades, las condiciones del clima y los requerimientos de la planta, con abonos foliares.
Riego por aspersión
Es versátil, por la aplicabilidad en terrenos con pendientes de hasta 30%. También se utiliza la línea de aspersores por 2 horas en cada punto una vez por semana, manteniendo la planta en crecimiento y sin daño al fruto.
Sin embargo, este sistema tiene algunos inconvenientes: cuando hay viento se quedan espacios sin cubrir; se pierde mucha agua, es necesario un traslado constante de tuberías, lo que incrementa los costos de manejo.
Control de malezas
En piña, el control de maleza inicia con una adecuada preparación del terreno, incluyendo destronque, chapeado, recolección y quema de residuos vegetales o incorporación. Posteriormente, la labranza incorpora el resto de residuos y desmenuza el suelo, para facilitar la acción de los herbicidas pre y post emergentes.
Los productos más utilizados han sido las Atrazinas, Diuron, Karmex y Gesaprin a razón de 1 kg en 200 litros de agua y si hay persistencia de malezas gramíneas, se controlan con una aplicación de Fusilade a razón de 300cc/200 litros de agua.
Introducción de la floración
De la inducción floral depende la producción uniforme de fruta. La época adecuada para la inducción de la floración está en el período comprendido de los 6 a los 9 meses después de la siembra o cuando las plantas hayan alcanzado un peso de 5 a 6 libras y un tamaño entre 0.60 y 1.00 metro.
La aplicación de la mezcla por planta debe ser de 30 a 50 cc, bañándola completamente. Esta operación debe realizarse en horas de la mañana cuando los rayos del sol no sean muy intensos, también se debe evitar aplicar en horas de la tarde cuando las lluvias pueden diluir el producto.
Después de 7 días se puede realizar la prueba para verificar si la inducción fue efectiva, la cual consiste en partir la planta por la mitad y observar si el corazón presenta una pequeña punta, de no ser así se repite la aplicación a todas las plantas.
A los 5 meses y medio de haber realizado la inducción obtenemos cosecha de fruta para exportación y aproximadamente a los 6 meses y medio se tienen frutas para el mercado interno.
Para cosechar la fruta se debe tomar en cuenta las siguientes consideraciones:
*El brix óptimo para el mercado es de 12 a 14 grados y aumenta un grado cada tres días.
*Las condiciones de luminosidad son importantes para el brillo y colaboración del fruto.
*Las frutas que maduran más rápido tienen que cosecharse de primero y empacarse.
Cosecha
Aproximadamente 5 meses después de inducida la floración los frutos están listos para cosechar. El manejo de la cosecha depende de la exigencia del mercado internacional con 12 grados de birx como requisito mínimo y para el local se hace cuando el fruto presenta la coloración amarillo rojizo de la cáscara.
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Fuente: Dirección nacional de Agricultura. Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA).